Él está lejos, es más mayor y está podrido por dentro. No sé por qué no dejo de hablarle, así, de un día para otro. Quizás es porque le quiero demasiado. No es justo tener que estar así, sufriendo por alguien que es cómo es, pasándolo mal en silencio para que todo quede en la nada. No se lo merece.
Pero es que están sus ojos, sus labios, su pelo, sus músculos, su manera de reír, su voz...eso hace que me vuelva loca. Y sé que no puedo renunciar a todo eso fácilmente.
Intento no pensar en él, pero cualquier cosa me lo recuerda, intento huir de él, pero no soy capaz de huir. Soy mala para eso.
Yo sólo quiero que se conecte para hablar con él durante horas, porque es lo que me hace feliz por momentos.
Cuando estoy mucho tiempo sin hablarle, me vuelvo insoportable, irritable, y estoy más triste.
Pero cuando veo que se ha conectado, el corazón se me acelera y me entran ganas de hablarle.
Pienso en un mundo sin él y me entran ganas de llorar. Ya lo perdí una vez. No quiero volver a perderle otra vez porque no concibo un mundo sin volver a tener noticias suyas, sin volver a oírle reír, sin que me llame niñaca, sin que hablemos.
No concibo un mundo en donde e corazón no se me acelere, un mundo monótono, sin emoción sería si él desapareciera de mi vida, un mundo sin dolor, pero vacío sería lo que me esperaría si desapareciera para él.
Porque no puedo vivir sin mi niñaco, sin mi cabronencio.
Le quiero y eso no ha cambiado. Cada vez que él sufre, yo sufro con él. No puedo soportar que lo pase mal, quiero que sea feliz, que se ría, que viva la vida y que deje de preocuparse. Quiero que sea feliz, como sea y al precio que sea. Y yo quiero estar ahí para ver cómo es feliz, como deja atrás su pasado y su pena para dar paso a la felicidad.
Pienso en un mundo sin él y me entran ganas de llorar. Ya lo perdí una vez. No quiero volver a perderle otra vez porque no concibo un mundo sin volver a tener noticias suyas, sin volver a oírle reír, sin que me llame niñaca, sin que hablemos.
No concibo un mundo en donde e corazón no se me acelere, un mundo monótono, sin emoción sería si él desapareciera de mi vida, un mundo sin dolor, pero vacío sería lo que me esperaría si desapareciera para él.
Porque no puedo vivir sin mi niñaco, sin mi cabronencio.
Le quiero y eso no ha cambiado. Cada vez que él sufre, yo sufro con él. No puedo soportar que lo pase mal, quiero que sea feliz, que se ría, que viva la vida y que deje de preocuparse. Quiero que sea feliz, como sea y al precio que sea. Y yo quiero estar ahí para ver cómo es feliz, como deja atrás su pasado y su pena para dar paso a la felicidad.
Alice Gilbert
Hola, soy doloradictivo.blogspot.com.es he cambiado la dirección a cuandotedeseo.blogspot.com Perdón por este spam, no suelo hacerlo, pero no quiero perder el contacto. Un saludo.
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